Has estado apenas dos semanas con nosotros y tu marcha ha dejado la casa como un solar.
Te has ido tan deprisa, en apenas 24 horas, que no me has dado tiempo de averiguar que te pasaba.
Es cierto que estabas algo disitnto, pero no he sabido verlo. Supongo que la bajada de las temperaturas ha tenido algo que ver, Tu edad tan joven, el que fueras algo canijo (si, no te enfades conmigo, eras canijo) y el que llegaras aquí delicado por un resfriado previo han hecho el resto.
Ya estabamos preparados para ir pitando al veterinario, pero te has rendido antes. Es más tu ya te habias rendido bastante antes, pero nuestro empeño en darte de comer y sacarte adelante no te dejaron irte.
Yo estaba convencido que estas horas tan duras que estabamos pansado iban a forjar un cariño mutuo para muchos años.
Has querido además irte en brazos de quien más tiempo pasaba contigo, aún a riesgo de dejarse deberes sin hacer, supongo que en un gesto instintivo de tranquilidad.
Si me he equivocado en algo, espero que allí donde te hayas llevado tu alma, sepas perdonarme.
Te habiamos llamado Lucky, porque te habiamos salvado de tu destino, pero al final, solo hemos conseguido alargarlo un par de semanas.
Lo siento mucho Chema... Seguro que ha sido el "canijo" más feliz del mundo estas dos últimas semanas... Un abrazo
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