martes, 25 de noviembre de 2014

Al final, todos volvemos a nuestro verdadero estado

Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio ADN, y por muchas vueltas que demos, al final es lo que prevalece. 


Durante nuestra vida, pasamos por diferentes etapas.
En todos los aspectos: Anímicos, sociales, de genio, etc...

Pero todas ellas no son más que etapas pasajeras. 

Y mi ADN, me hace sentirme a disgusto en grupos grandes.

Siempre ha sido así, desde pequeño  y se ve que esa sensación ha vuelto ahora después de unos años en que estaba menos acentuada.

Siempre me he definido como un lobo, o mejor, como un albatros solitario.

Me gusta la buena compañía, pero en pequeñas dosis y de pocos en pocos.

Y se ve que después de una época donde he estado más bien rodeado de grupos mayores, de círculos muy lejanos a mi yo más profundo, mi destino me ha devuelto a mi yo más auténtico.

Me vuelvo a mi círculo más cercano, a ese marcado principalmente por mi gente.

 

Noto que necesito volver a recuperar mi estado natural, mi propia esencia.

Igual la vida y el mundo han ido demasiado deprisa últimamente y necesito apearme una temporada.